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Masoud Zandi, el ingeniero iraní que quiso convertir la pizza en un negocio 24/7

2025-12-05Massoud ZandiCompartir
Masoud Zandi, el ingeniero iraní que quiso convertir la pizza en un negocio 24/7
A finales de los años 90, Masoud Zandi llegó a España con una idea ambiciosa: la primera máquina expendedora de pizzas calientes del mundo. Su invento, Pizza Magic, revolucionó el concepto de comida rápida automatizada.

A finales de los años 90, un nombre empezó a sonar con fuerza en los círculos empresariales y tecnológicos de España: Masoud Zandi, ingeniero iraní, afincado en el país y casado con una española, que llegó con una idea tan simple como ambiciosa: que cualquiera pudiera comerse una pizza caliente, a cualquier hora y en cualquier lugar, sin necesidad de un restaurante.

Zandi es presentado en distintos documentos como inventor, empresario y presidente de varias compañías ligadas a la automatización de comida. Detrás de su historia no hay solo un emprendedor más, sino el hombre al que se atribuye la creación de la primera máquina expendedora de pizzas calientes del mundo, conocida bajo la marca Pizza Magic.

De un taller a una revolución tecnológica

Antes de asociarse con grandes cadenas, Zandi trabajaba en su propia empresa, Golden Pizza, donde desarrolló la tecnología de cocción, refrigeración y dispensado automático. Su máquina no era un simple microondas glorificado:

  • Almacenaba hasta 100 pizzas a -20 °C.
  • Era capaz de descongelar y hornear una pizza en alrededor de 90 segundos a 1 minuto y medio.
  • Se comunicaba con los clientes mediante mensajes de voz y podía hacerlo en varios idiomas.
  • Incorporaba un sistema de control remoto vía GSM para supervisar el estado de cada equipo.

En total, se le atribuyen 16 patentes internacionales vinculadas a esta tecnología.

El encuentro con Telepizza

El salto de Zandi desde el taller a la gran liga llegó cuando su invento llamó la atención de Telepizza, que supuestamente descubrió el proyecto a través de la prensa económica. El fundador de la cadena acudió personalmente a ver la máquina. Aquella visita acabó convirtiéndose en un acuerdo empresarial.

Para explotar la tecnología de Zandi, se creó Vending Pizza, S.A., una nueva sociedad en la que:

  • Telepizza se quedaba con el 51 % del capital.
  • Zandi mantenía entre el 37 % y el 49 % según la fase recogida en los documentos.
  • Otros socios minoritarios ocupaban el resto.

Zandi asumió el papel de presidente de Vending Pizza y responsable máximo del desarrollo tecnológico.

Promesas de miles de máquinas y millones en juego

Los planes eran gigantescos. Según las previsiones recogidas en el dossier, el proyecto apuntaba a:

  • Colocar entre 3.000 y 9.000 máquinas en tres años.
  • Firmar acuerdos para 10.000 máquinas iniciales, con la posibilidad de llegar a otras 5.500 adicionales.
  • Expandirse por Europa, Estados Unidos, Canadá, Japón, Australia y Sudamérica.

Las estimaciones económicas hablaban de:

  • Operaciones valoradas en torno a 75 millones de euros.
  • Beneficios potenciales de entre 876 y 4.328 millones de pesetas en tres años.
  • Una facturación objetivo de 35.000 millones de pesetas anuales y hasta 100 millones de pizzas vendidas al año.

La sola noticia del proyecto hizo que las acciones de Telepizza subieran en bolsa varios puntos en una sola sesión.

Visionario… y polémico

Los documentos también muestran la cara menos amable de la historia. Con el avance del proyecto, comenzaron las tensiones entre el inventor y su socio industrial. Zandi llegó a reclamar que Telepizza redujera su participación del 51 % al 33 % y que se incorporara un tercer socio independiente.

Al mismo tiempo, criticaba que, pese a las cifras anunciadas, no se hubieran instalado todavía máquinas en el mercado, lo que según él bloqueaba el potencial de la tecnología. En paralelo, algunos socios minoritarios cuestionaban la forma en que Telepizza había vendido parte del capital a Zandi.

Aun así, la figura que emerge de todo el material es clara: sin Masoud Zandi, la historia de la pizza automática en España probablemente no habría existido. Fue él quien puso la idea, las patentes, la tecnología y la visión de convertir una porción de pizza en un producto disponible 24 horas al día, en cualquier rincón del mundo.